SI AHORA Guerrero, por ejemplo, le entregara a un diario un papel manuscrito que se sacase de la manga y que implicara a Zapatero, Rubalcaba y casi toda la cúpula del PSOE ¿qué diríamos? Sobre todo si ese diario hace cuatro días sacó un truñoinforme de la UDEF, y lleva meses con —cuando menos— cuestionables teorías sobre el mayor atentado terrorista de la historia del país.
Porque desde luego los papeles, y lo que ellos revelan, puede ser cierto. Y tienen mala pinta. Pero también es posible, sólo posible, que se trate de la típica maniobra desesperada de alguien con graves problemas judiciales con el fin de ensuciar todo lo más posible con la esperanza de desviar la atención sobre lo que hizo, sobre todo si al tiempo que filtra el papelote sus abogados lo abandonan, y si el personaje en cuestión ha estado negando y confirmando alternativamente los mismos hechos, según le convenía y según la plataforma que utilizaba para desvelarlo.
Me conmueve la credibilidad absoluta que ahora merece un tipo como Bárcenas para algunos, que parecen creer a ojos cerrados lo que dice. Pero convendría no dar como probado necesariamente lo que diga. Al fin y al cabo maniobras así son las que hacen los acusados de delitos graves. ¿O es que ya nadie se acuerda de lo que significa la táctica del calamar?
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