martes, octubre 15, 2013

PARECE RAZONABLE:

Dos reflexiones finales. Primera, coincido con el profesor Galí en que, cuando el divorcio es inevitable, lo mejor para ambas partes es que sea civilizado. Pero acusar falsamente a la otra parte de maltrato y amenazar con no pagar la parte que le toca a uno de la hipoteca común no contribuyen precisamente a aumentar la probabilidad de tal desenlace. Y segunda, antes de tirarse por el balcón conviene asegurarse de que haya agua debajo. Si uno no lo hace, no se puede acusar al vecino de mala fe por no haber puesto la piscina justo allí.