sábado, diciembre 07, 2013

ANNA GRAU:

En resumen, que si se hiciera la consulta sería como la cançó enfadosa, que habría que repetirla a cada rato, siempre bajo pena de lesa democracia como les digas que no. Con lo cual se entiende que haya quien no la quiera. Pero ojo que las razones para no quererla pueden estar en las antípodas del fascismo. Atención, pregunta: ¿qué pasa si ante la decisión unilateral de los catalanes de votar si quieren seguir o no dentro de España, a alguien se le ocurre que en el resto de España se pongan también unilateralmente a votación cuestiones que afecten a Cataluña? Por ejemplo, ¿qué pasa si sale un listo que pide convocar un referéndum para decidir si se siguen pagando o no las pensiones españolas en Cataluña, si a Cataluña se la hace partícipe o no de los PGE o de los fondos de cohesión territorial, mientras no se aclare la cosa? Que esto sería una ilegalidad como la copa de un pino, por supuesto. Pero, ¿qué pasa si alguien lo defiende y lo argumenta amparándose en que el pueblo español está hasta las pelotas de ciertos discursos y de ciertas cosas, y que ya va siendo hora de darle la palabra? Reducción al absurdo por reducción al absurdo, ¿marica el último?

(el enlace explicativo de 'cançó enfadosa' añadido por mí)