QUERIDOS AMIGOS DE EL CONFIDENCIAL: posibles agencias de inteligencia y Cesicats aparte, el mero hecho de dar instrucciones de seguir especialmente las cuentas de Twitter de ciertas personas no es espiar (“El Gobierno catalán ordenó espiar a ciudadanos. Tal y como suena. Como en cualquier república bananera”). Espiar es obtener información no pública en contra de la voluntad del poseedor de esa información.
Por definición, lo que se escribe en Twitter es público, y se escribe para que sea leído. El que algunos de los que lo lean sean personas que quieran controlarte para saber lo que dices es algo que debes tener en cuenta a la hora de decidir qué escribes y qué no, pero no es espionaje.
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