RESULTA LÓGICO que Pedro Jota esté intentando presentar su cese como una vendetta por sus informaciones sobre el PP y la Casa Real. Supongo que todos lo intentaríamos. Lo que no resulta tan lógico es que tanta gente se lo esté creyendo a pies juntillas, como si la editora de El Mundo no fuese un pozo financiero sin fondo. Desde mucho antes de estas informaciones incómodas, Pedro Jota llevaba una espada de Damocles sobre su cabeza, con un hilo que rompería cuando los italianos perdieran definitivamente la confianza. Hace mucho que se especulaba con su posible relevo, ya en tiempos de Zapatero.
Para muestra, un botón.
No digo que no haya sido una vendetta. Sólo digo que podría no haberlo sido.
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