EL FRACASO DEL TERRORISMO:
Cualquiera que considere que esta es una vía plausible para lograr atajos en la búsqueda de unos objetivos políticos debería enfrentarse a la autoridad pétrea de los hechos. El terrorismo sólo sirve para desahogar frustraciones, mayormente fruto de anhelos insensatos, causando daño a terceros. No tiene otra utilidad como demuestran los estudios de los investigadores que han desarrollado su trabajo en este campo. Por ejemplo, Audrey Kurth Cronin, una académica americana, profesora en Oxford y que ha trabajado en la administración de su país como experta en terrorismo y relaciones internacionales, publicó un libro el 2011 donde nos advirtió de la sinrazón e inutilidad del terrorismo: “How Terrorism Ends: Understanding the Decline and Demise of Terrorist Campaigns”. Ahí analizó 457 campañas terroristas desde 1968 y vio que ninguna de ellas había doblegado a un estado, y que nada menos que el 94% había fracasado en lograr ni siquiera uno de sus objetivos políticos. Sus conclusiones destacaron que los grupos terroristas suelen durar entre cinco y nueve años, y que acaban francamente mal (con la muerte o la reclusión en prisión para sus líderes). Por su lado, Max Abrahms, otro estudioso del terrorismo y profesor de ciencias políticas en la universidad Northeastern de Boston, realizó un estudio sobre 42 organizaciones terroristas activas durante varias décadas y concluyó que sólo dos obtuvieron sus objetivos: Hezbollah, que consiguió el control sobre el sur del Líbano en 1984 y el 2000, y los Tigres Tamiles, que tomaron partes Sri Lanka en 1990 que luego perdieron en 2009. El éxito resultante de tanto dolor y devastación es inferior al 5%.
<< Home