CUANDO UN POLÍTICO HONESTO es entrevistado por un periodista cargado de tópicos y con una visión unidimensional de las cosas, el resultado suele ser muy cercano a lo surreal. Eso es exactamente lo que ocurre en la entrevista en La Vanguardia de hoy (requiere registo gratuito) a Denis MacShane, ministro para asuntos europeos del gobierno británico:
- Por qué siguen sus tropas en Iraq?
–Porque huir de Iraq es irresponsable. Si los británicos abandonáramos al pueblo iraquí, sería una victoria para los enemigos de la democracia.
–¿Qué enemigos?
–Yo creo, con mi colega Joschka Fischer, que el terrorismo islámico es la nueva amenaza totalitaria para Europa. Quieren a la mujer sometida y humillada y no respetan ningún derecho humano. Debemos derrotarlos. Si nos fuéramos de Iraq, ¿qué cree que pasaría al irnos?
–No lo sé.
–Que esos terroristas habrían ganado y los fundamentalistas implantarían su tiranía.
–¿Y qué piensan los musulmanes británicos de tener a sus tropas en Iraq?
–Se quejan, sí, de nuestra presencia en Iraq, pero se alegraron de que bombardeáramos a Milosevic en Kosovo. Yo les repito: “Si fue correcto evitar por las armas que Milosevic asesinara musulmanes en Bosnia, ¿por qué es incorrecto ahora evitar que Hussein asesine musulmanes en Iraq?”
–Sus fuerzas de ocupación también han matado musulmanes.
–¡Pues claro! Es una guerra horrible. Pero usted tiene que escoger entre quienes quieren imponer la tiranía en Iraq y quienes defienden la democracia. Europa tiene que estar unida y presente en Iraq.
–¿Junto a algunos torturadores de Estados Unidos?
–Eso es una tontería. A principios de junio iré a Normandía a conmemorar el desembarco y el sacrificio de miles de jóvenes norteamericanos que dieron su vida allí para liberar Europa del nazismo. Lamentablemente no liberaron España, pero sí el resto de Europa. Esos muchachos que murieron por nuestra libertad creo que merecen un respeto que no puede ser empañado por esos pocos soldados americanos que han torturado a iraquíes.
–Muchos ingleses no comparten ese punto de vista, ministro.
–En los salones de la intelligentsia londinense, es verdad; pero en mi distrito electoral obrero le aseguro que el ciudadano está preocupado por otras cosas como la sanidad o las escuelas.
–¿Por qué esa diferencia de preocupación?
–George Orwell ya advirtió que, si dejáramos la política en manos de los intelectuales ingleses, el fascismo acabaría imponiéndose. Confíe en la gente del pueblo porque ellos saben distinguir muy bien entre la democracia y el fascismo. El otro día, tras ver el degüello de aquel joven estadounidense, me dijeron: “No podemos dejar que ellos ganen”,
–Su compatriota y premio Godó Robert Fisk afirmaba aquí que Blair será, como Aznar y pronto Bush, devorado por Iraq.
–Eso es otra tontería. Lo que le decía: confíe en la gente. A veces tengo la impresión de que estamos viviendo el siglo XVIII de las luces y la razón, pero al revés: cada vez hay más oscurantismo. Debemos respetar las religiones, pero no dejar que ninguna nos imponga un gobierno. ¡Nunca!
Es verdad que, como todas las que publica el rotativo barcelonés diariamente en la contraportada, no se trata de una entrevista en profundidad sino que busca un aire más informal, incluso algo irreverente desde el punto de vista técnico. Pero aun teniendo esto en mente, es espeluznante observar el simplismo y la puerilidad de las preguntas y cómo el entrevistador parece impasible ante el vapuleo dialéctico de MacShane.
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