EL PREMIO al artículo más estúpido y a la vez malicioso del año (y tiene mérito conseguir ambas cosas de forma simultánea) es para Fernando Berlín, que en El País arremete contra aquella parte de internet que no se somete a la dictadura del pensamiento único y que pretende cuestionar los tótems que los medios establecidos pretender meter con embudo a la opinión pública. Ya lo hizo hace unos días Juan Luis Cebrián, que generalizó a todo web de información online lo que efectivamente ocurre en casos muy concretos y conocidos por muchos; pero Berlín da un paso más, usando argumentos precocinados que probablemente ha leído a los dinosaurios de la prensa tradicional anglosajona procupada por haberse quedado con las vergüenzas al aire por el éxito de los weblogs en casos recientes como el Rathergate.
Berlín, que ve como un impecable ejercicio de manifestación espontánea las movilizaciones, los weblogs y los SMS de la jornada de reflexión el 13 de marzo cuando fueron llevadas a cabo por los suyos, habla en cambio de "agitadores neocons [que] han asumido procedimientos de Red y técnicas de coordinación propias de las células comunistas y se han apropiado de sus mecanismos" en un frase que parece salir de labios de un oligarca capitalista neoliberal hablando de los antiglobalizadores de Seattle o Génova.
Berlín demuestra no sólo un profundo carácter reaccionario defensor del status quo y un doble rasero obscenamente transparente, sino algo mucho peor para quien ha construido cuidadosamente una imagen de sí mismo como pionero y gurú de internet: el no tener ni repajolera idea de lo que implica ni la red misma ni el fenómeno de los weblogs.
Pero no voy a dignificar algo tan desquiciado, dedicando más tiempo del que merece con un minucioso fisking; el reaparecido Manel ya ha dado buena cuenta de ello, y también Erpayo le dedica un breve comentario.
Quizás es porque el artículo está en un diario online de pago y ha sido reproducido por una web que requiere registro, pero no deja de sorprenderme la poca reacción al artículo teniendo en cuenta el reciente revuelo en la blogosfera a raíz del trabajo de los agitadores neocon en torno a la publicidad de El País. Y es que, además, lo que sinceramente me gustaría es conocer la opinión sobre el artículo de Berlín por parte del sector más teórico, y también por parte de quienes desde sus weblogs estuvieron a pie de calle el día 13 de marzo participando en eso que cuando lo hacen "los buenos" es un smart mob, y cuando lo hacen los demás es una "red de pensamiento agitativo [sic]".
ACTUALIZACIÓN. El inigualable Agados comenta, porque aún puede.
ACTUALIZACIÓN II. ¡La red de pensamiento agitativo ataca de nuevo! Daniel Rodríguez Herrera, Juan Ramón Rallo, José Carlos Rodríguez, Arcadi Espada (y algunos de sus comentaristas allí) comentan la sandez de Berlín.
Sigo a la espera de tantos como comentaron el affaire El País; al fin y al cabo, el asunto que subyace en este artículo de Berlín si que es crucial para la blogosfera y la libertad que encarna.
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