viernes, octubre 01, 2004

UN PAR de pinceladas sobre El Debate, para reflejar mis primeras impresiones antes de leer valoraciones ajenas (el vídeo y la transcripción están disponibles aquí): desde un punto de vista puramente debatístico, Kerry ha dado una impresión mucho mejor de lo que se esperaba, siendo preciso, contundente y sacando bastante oportunamente todos aquellas cuestiones de las que le acusan los rivales (no tener una idea clara, ser un 'veleta') para intentar demostrar que esas críticas no tienen base real.

Pero ha sido sobre todo una victoria en cuestiones de forma, y que ha conseguido sobre todo gracias a que Bush ha estado bastante mal e incluso en ocasiones pésimo: durante gran parte del debate, parecía que el actual inquilino de la Casa Blanca se había quedado sin gasolina argumental, repetía conceptos y perdía reiteradas oportunidades de poner en evidencia las contradicciones y errores de Kerry en el mismo debate. Por ejemplo, cuando le ha acusado de haber sido unilateral en Iraq, y a la vez le reprochaba el enfoque multilateral respecto a Corea del Norte; o cuando ha dicho que había votado a favor de autorizar a Bush para el uso de la fuerza en Iraq porque creía que ese voto sólo daba a Bush un mecanismo para amenazar con ese uso de la fuerza para apoyar las gestiones diplomáticas, cuando él mismo en 1991 votó en contra de la primera parte de la guerra porque, según dijo, hacerlo a favor implicaba el fin de las presiones diplomáticas y el inicio de la guerra para sacar a Saddam de Kuwait; o cuando ha afirmado que no ha cambiado de opinión respecto a la guerra porque sí sino al ver cómo Bush hacía un 'uso indebido y precipitado' de esa autorización, olvidando que defendió su "sí" en varias ocasiones contra sus rivales en las primarias demócratas, es decir, mucho después de que se acabara la guerra (en este punto Bush no ha puesto en evidencia demasiado a fondo la contradicción pero sí ha tenido uno de sus momentos demoledores al recordar una frase de un debate entre Kerry y Howard Dean, en el que aquél le decía que "cualquiera que no crea que el mundo es mejor sin Saddam no está capacitado para ser presidente").

Sólo al final, en el turno de dos minutos de conclusiones, podría decirse que Bush ha estado realmente bien; en el resto del debate ha ido sobre todo a rebufo de Kerry y dando la impresión de que estaba pensando en otras cosas mientras hablaba, cuando es precisamente el candidato a la reelección el que suele llevar la iniciativa al ser quien está en condiciones de conocer de primera mano los detalles que rodean a los asuntos de estado y aportar su experiencia de gobierno. Si durante todo el debate Bush hubiese estado como en esos dos minutos, en estos momentos la gente de Kerry estaría recogiendo los trocitos que quedasen de él por el suelo del auditorio en el que se celebró.

Aunque no pensaba hacerlo, al final sí he visto el debate en directo (mi reloj biológico me ha despertado curiosamente justo a las 2.55 de la mañana, cinco minutos antes de que empezara), pero ha sido desde la cama y por tanto, sin tomar notas. Tampoco he leído aún la transcripción completa, cosa que haré más tarde para, seguramente, comentarlo más ampliamente. De todos modos mi impresión general es que, si bien Kerry ha ganado hoy, ello le habrá servido sobre todo para no quedar apeado casi definitivamente de la carrera como habría ocurrido si él hubiese estado peor y Bush mejor. Es posible que se estreche la diferencia entre ambos candidatos en las encuestas aunque dudo que haya grandes variaciones, por lo menos en base a este debate en concreto.

Lo que sí habrá conseguido Kerry es animar a sus seguidores (en las entrevistas posteriores, la gente de su campaña estaba con ese entusiasmo propio de cuando uno supera con nota algo en lo que no se tiene demasiadas esperanzas) y quizás también convencer a algunos indecisos, pero dudo mucho que con este debate le vaya a arrebatar muchos votantes a Bush, cuya base está muy decidida.

Además, aunque éste no estuviese en gran forma dialéctica y se dejara argumentos en el tintero, falta todavía un mes y dos debates más. Sobre todo, es un plazo más que suficiente para que la inmensa red de pensamiento agitativo yanqui se ponga las pilas y haga lo que ayer Bush no consiguió; si la de nuestro país es tan perversa y manipuladora como dice Fernando Berlín, la de allí ni os cuento.