martes, octubre 19, 2004

WENCESLAO CRUZ:
Es posible que el único error que ha cometido el diputado español Jorge Moragas para no lograr entrar a Cuba es el no haber dicho previamente que deseaba visitar el mausoleo del "Che" o estar dispuesto a rendir pleitesía a la dictadura por los medios de comunicación. Debió antes consultar con el diputado socialista Herick M. Campos, como ha de procederse si se quiere entrar en la finca particular de Castro. Y así se lo ha aconsejado también la secretaria de política internacional del PSOE, la diputada Trinidad Jiménez, cuando aseveró: "Es un problema de falta de madurez, de planificación y seriedad del Sr. Moragas, que no sabe organizarse sus viajes".
David Gistau:
Sostiene la izquierda: a lo que fue Moragas a Cuba es a provocar. Pues claro. Pero es que, ante una tiranía, de lo que se trata es de provocar. De molestar. De ir hasta las celdas para comprobar quién está dentro y por qué. De ser Ulises en la cueva de Polifemo. Ante una dictadura, aunque se trate de una de esas tiranías rojas siempre indultadas por el doble rasero intelectual, de lo que no se trata es de fingir que no te estás enterando sólo para que el tiranosaurio no se sienta provocado, y menos ahora que Castro va a poner los daiquiris con los que mojar los guateques de ese Eje de la Banana Antiimperialista en el que Zetapé nos está posicionando para que nos quedemos extraviados entre Tito y Valdemoro.