lunes, enero 10, 2005

ÍÑIGO SAENZ DE UGARTE sobre las elecciones de ayer en Palestina:
Conviene echar la mirada atrás y recordar todos los artículos y comentarios de políticos y periodistas sobre lo que podría ocurrir en los territorios palestinos tras la muerte de Arafat. Las previsiones de conflictos violentos y de guerra civil, en el peor de los casos, no se han cumplido. La sucesión de Arafat se ha completado sin derramamiento de sangre, y con unas elecciones que, sin ser perfectas, representan la voluntad de los palestinos.

Hay un cierto prejuicio, no sé si racial o simplemente político, entre los periodistas occidentales al hablar sobre el futuro de los países árabes de Oriente Medio. Si hay que creerles, las sociedades árabes siempre están al borde de la guerra civil, del baño sangre. La llamada "calle árabe" es una especie de monstruo a punto de estallar. La realidad suele ser algo más prosaica.
Lo ha sido en este caso, y lo ha sido siempre; lo de la "calle árabe" no es más que el espantajo/talismán que hemos visto también en el caso de la guerra de Iraq: se anunciaba el apocalipsis, una explosión popular en todos los países árabes como reacción a la invasión de uno de ellos. Era una manera de frenarla sin necesidad de revelar dónde quedaban las simpatías, que eso siempre queda feo. Sobre todo si quedaban en la billetera.