¡BRAVO, MAESTRO! Palabras sabias de alguien que me consta se negó explícitamente -y creo fué el único- a llevar la chapita del No a la guerra en la infame gala de los Goya en el 2003. Berlanga sí entiende que la libertad de un pueblo oprimido debe ser un estandarte de la izquierda, aunque ello implique opinar lo mismo que quienes están en polos políticos opuestos; por ello se negó a ese ejercicio de cinismo y abdicación moral perpetrado por sus colegas de profesión. Y encima sabe hacer cine, del de verdad.
Lo dicho: ¡bravo, maestro!
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