VARIAS VECES me he preguntado a mi mismo estos días de dónde sacarían tantas banderas danesas que quemar; al fin y al cabo, no es precisamente el país más presente en la zona. No sé, si yo tuviese que quemar, por ejemplo, la bandera de Kazajstán lo tendría bastante difícil para encontrar una en Barcelona.
Ahora ya tengo la respuesta:
When entrepreneur Ahmed Abu Dayya first heard that Danish caricatures of the Prophet Mohammad were being reprinted across Europe, he knew exactly what his customers in Gaza would want: flags to burn. Abu Dayya ordered 100 hard-to-find Danish and Norwegian flags for his Gaza City shop and has been doing a swift trade.Pero han sido unas muestras espontáneas de indignación, claro.
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