RESULTA QUE la cifra de mil y pico muertos de la "ola de violencia descontrolada en Iraq" tras el atentado terrorista contra el santuario en Samarra provenía de una información publicada por el Washington Post citando fuentes de la funeraria bagdadí. Una información que ningún otro medio pudo contrastar, porque ningun empleado de la funeraria corroboró ese dato. Seguidamente, el Post aclaró que un funcionario del ministerio del interior, el general Ali Shamarri, confirmaba esa elevada cifra de muertos.
El problema es que, al parecer, cuando otros periodistas han intentado contrastar este extremo, en el ministerio del interior les han dicho que no hay ningún funcionario ni cargo del ministerio con ese nombre.
¿Tiene el Washington Post su propio Jayson Blair? Qué ilu.
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