YA ERA HORA de que alguien en este país se atreviera a denunciar algo que a estas alturas no es más que un secreto a voces:
Es un reportaje valiente, inusual. David Jiménez -corresponsal de El Mundo en Asia- ha observado durante seis meses el delictivo proceder de algunas ONG y lo denuncia. Con todas las letras, arriesgandose a ser tildado de lo peor, escribe de los que obtienen millones revendiendo coches, de los "solidarios" que viven en mansiones de lujo y hacen fiestas con marisco con la miseria al lado.Leed lo que sigue.
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