YA ME EXTRAÑABA que La Vanguardia publicase una entrevista tan contundente a la coautora de un libro que destroza el mito de Mao. Suelen ser más respetuosos con quien corresponde, y chocaba ver que se diera tanta cancha a alguien que dejaba al dictador chino como lo que realmente fue.
No han pasado ni quince días y el corresponsal del diario en China se descolgó ayer con un trabajito repleto de ataques ad hominem a los autores del libro y distorsiones sobre su contenido y lo que supuso el yugo del tirano; hacía tiempo que no veía algo de intención tan transparente. "El libro de Jung Chang parece escrito por un guardia rojo converso", dice él. Y su artículo parece escrito por un agente encubierto -muy poco encubierto, en realidad- del régimen despótico chino, digo yo.
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