ÚLTIMAMENTE, al comparar cómo El País y en La Vanguardia presentan ciertas noticias, observo que el diario barcelonés va más allá en dogmatismo, distorsión y en mezcla de información y opinión que el diario madrileño. Que ya es decir. Aquél muchas veces pone negro sobre blanco lo que éste sólo insinúa veladamente, manteniendo las formas. Porque realmente es perder las formas la información que La Vanguardia da hoy sobre el complot terrorista desbaratado ayer en EEUU. Mientras El País narra los hechos de forma relativamente clara y sencilla, La Vanguardia se pasa de frenada y habla de "[u]n presunto complot terrorista, inducido por un agente encubierto del FBI":
Lo más sospechoso del caso - y no es el primero- es que todo el complot se produjo después de que entrara en acción un topo del FBI. [...] El propio fiscal general de Estados Unidos, Alberto Gonzales, y el director del FBI, Robert Muller, comentaron el asunto en público para demostrar su relevancia. Pero ello no pudo evitar cierta sensación de descreimiento, dados los precedentes. Otras supuestas células terroristas fueron desarticuladas en el pasado con gran ruido mediático, pero luego los hechos probados quedaron muy por debajo de las expectativas o simplemente se olvidaron.Por supuesto, el topo del FBI entró en acción después de que este grupo anunciara sus intenciones y buscase ponerse en contacto con al-Qaeda, lo que creían haber conseguido: en realidad estaban tratando con ese topo, gracias al cual los planes fueron desarticulados. No sé, nos hemos pasando meses diciendo que el 11-S se podría haber evitado, y ahora resulta que cuando se desbarata un plan nos ponemos a sospechar y lo declaramos presunto, cuando de presunto no tienen nada: los detenidos proclamaban que iban a hacer la jihad para matar a tantos demonios (sic) como pudieran. Igual hay quien habría preferido que actuaran, no sé
Respecto al escepticismo derivado de que los casos anteriores "simplemente se olvidaron", ¿quién es el responsable de que se olvidaran? Si los medios de comunicación, en lugar de intentar minimizar el riesgo del terrorismo islamista y de presentarlo como una paranoia de Bú, hablaran de vez en cuando de la amenaza que suponen, por lo menos como contexto a lo que está ocurriendo en el mundo, ¿se habrían olvidado esos hechos? Es más, si la administración norteamericana los recordara, ¿cuánto tardarían los de siempre, con los periodistas vanguarderos a la cabeza, en ponerse a gritar que Bú está intentando meter el miedo en el cuerpo de la gente para justificar sus oscuros planes?
ACTUALIZACIÓN. Otro ejemplo del mismo día: La Vanguardia informa del "amplio programa de espionaje de las transacciones bancarias" por parte de EEUU sin decir en ningún momento que se hizo con pleno conocimient del Banco Central Europeo y los bancos centrales de los principales países europeos, cosa que sí hace El País en su información principal y en un artículo complementario que desarrolla específicamente este aspecto.
ACTUALIZACIÓN II. Ya no es sólo cuestión de fondo. Fijaos el gazapo en un titular a toda página, un gazapo que cualquier corrector ortográfico habría cazado:
No, no es Photoshop.
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