OTRO BUEN ARTÍCULO en La Vanguardia (todo un récord, dos en un mismo día): este es de Gregorio Luri, un filósofo y pedagogo a quien confieso no conocía. Por cierto que investigando un poco para averiguar quién es he descubierto su blog, El Café de Ocata. Excelente; os lo recomiendo, y no porque me tenga en su blogroll... Pero me estoy apartando del tema; ahí va un fragmento del artículo:
La complejidad de la situación es tan evidente que en Europa Joschka Fischer, desde la izquierda ecologista, se muestra solidario con Israel, mientras que en Estados Unidos no faltan líderes en la derecha conservadora furibundamente antijudíos. Por eso cada vez que un maniqueo solicita mi opinión, estoy tentado de contestarle que estoy a favor de todas las causas buenas y en contra de todas las malas. He sentido hasta el deseo de promover una manifestación en la plaza Sant Jaume exigiendo la inmediata dimisión de todos los malos del mundo para alcanzar la paz perpetua.ACTUALIZACIÓN. Veo que Luri tiene un segundo blog, Alzanar 3, no menos interesante que el otro.
Me parece ver en estas dos posturas un efecto notable de la progresiva sustitución de la opinión pública por la emotividad pública. Como saben muy bien los editores de los medios de comunicación, la emotividad pública es mucho más sensible a las imágenes que a los argumentos, por ello las guerras que no son televisadas no suscitan manifestaciones de protesta (véase Chechenia o Darfur).
Resulta así que un país en guerra tendrá tanta más oposición de la emotividad pública internacional cuanto más respetuoso sea con la libertad de información. Por eso mismo una política inmoral inteligente procurará por todos los medios (inteligentes) la manipulación de la información disponible. Si toda novedad informativa es, por definición, efímera, el triunfo de la imagen noticiosa, que es el triunfo de la volatilidad de lo efímero, niega la condición de noticia a la reflexión de fondo. Pero no parece posible tener una opinión formada sobre este conflicto si no estamos en condiciones de ofrecer respuestas coherentes a, por ejemplo, las siguientes preguntas: ¿es Hezbollah la voz del pueblo libanés o un ariete del belicismo iraní? ¿Hasta qué punto el conflicto israelí-palestino se encuentra ligado al del Golfo? ¿La existencia futura de Israel está garantizada sin un recurso a la defensa desmedida? ¿Es el fundamentalismo islamista el totalitarismo del siglo XXI?
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