domingo, septiembre 03, 2006

ES EXACTAMENTE al revés, me temo:
¿Por qué se considera inadmisible que alguien muera en un atentado terrorista y no se considera igual de inadmisible que alguien lo haga a manos de su pareja? Yo no veo la diferencia, y la amenaza real existe en ambos casos. El número de muertes también se cuenta, en ambos casos, por centenares.
Es verdad que hay una diferencia, pero es exactamente la contraria a la que denuncia Cristina Sánchez Miret: nadie, tras el asesinato de una mujer, sugiere que lo primero que tenemos que pensar es "por qué las odian". Y además, yo por lo menos no he visto ninguna manifestación en la que artistas, intelectuales y personas de a pie enarbolen fotografías de asesinos de mujeres, ni que coreen un eslogan como "Manolo, mátanos".