lunes, noviembre 13, 2006

¿ERA TAN MALO ser neocón? Buen post de Gregorio Luri (nuestro Norman Geras patrio):
Sin duda la crítica directa y coordinada de los demócratas a Bush ha sido una buena estrategia a la hora de derrotar a los republicanos, pero está por ver si además de capacidad crítica, los vencedores tienen capacidad política para solucionar un problemas tan empantanado como éste. Ahora tienen que gestionar su victoria. Y el tiempo de que disponen es de aquí a las presidenciales, que es donde de verdad se cortará el bacalao. Me da la sensación de que la euforia de los primeros momentos ha dejado paso a otro estado de ánimo, más reflexivo. A ver si resulta que los republicanos han soltado a Bush como lastre precisamente para que el derrotado sea el presidente y no el partido. No son, precisamente, una panda de ingenuos a los que les guste chuparse el dedo.
El propio Gregorio y sus visitantes hacen unas no menos interesantes observaciones en los comentarios.

Estoy en desacuerdo en un punto, sin embargo: "A estas alturas todo el mundo está de acuerdo –y los republicanos en su fuero interno también- en que se hicieron las cosas muy mal en Irak." Bien, está claro que las cosas no han salido perfectas -suele decirse que la primera víctima en el campo de batalla es la planificación-, pero en ninguna guerra lo son. No hay más que recordar que no fueron pocos los soldados aliados que murieron por fuego amigo o por errores de planificación. Lo que ocurre es que entonces no había, como ahora, unos medios de comunicación dispuestos a magnificar cualquier cosa a la que le han podido echar el diente.

¿Se han hecho mal unas cuantas cosas en Iraq? Sin duda. Pero esa retahíla de errores se suelen aducir para llegar a la conclusión de que la guerra ha perdido su carácter de empresa justa y moral, para liberar a millones de personas de una dictadura terriblemente sangrienta y ofrecerles esperanzas de vivir en un sistema mínimamente razonable. Y de paso intentar que se contagie a los vecinos. No creo que sea esa la conclusión de Gregorio, pero sí la de muchos. Y los errores que se hayan podido cometer no cambian eso para nada. Entre otras cosas, porque por mucho que se empeñen unos cuantos, la guerra no está perdida. Ni Bush está lo desesperado que algunos quieren que estén. Me hace gracia oir como se dice que se reúne con el grupo de expertos para encontrar una solución "a la desesperada", cuando ese grupo lo nombró él hace seis meses, es decir, mucho antes de las elecciones de la semana pasada. Y unos cuantos se van a llevar un chasco cuando se den cuenta de que, aun con los demócratas controlando ambas cámaras, las cosas van a seguir sustancialmente igual.

Y si no, al tiempo.

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