miércoles, noviembre 22, 2006

LA ONU ha publicado un informe según el cual el pasado octubre murieron 3.709 civiles en Iraq, la cifra más alta en un solo mes desde que comenzó la guerra en marzo de 2003. Podéis imaginar que todos los medios mañana llenarán páginas y minutaje audiovisual explicando que las cosas allí van de mal en peor, y tal.

Dejo de lado que esa cifra es más del triple de la que una agencia poco amiga de la guerra, AP, había calculado; ahora me interesa otro aspecto.

Y es que veréis como muchos de esos medios son los mismos que publicaron sin pestañear la cifra de seiscientos y pico mil muertos que salía del bodrio-estudio de la revista Lancet. Ya entonces dije que eso implicaba unos 700 muertos todos y cada uno de los días en que había habido guerra, domingos y fiestas de guardar incluido. Y que los medios no se daban cuenta (o sí, pero se lo dejaban en el tintero, o mejor en la memoria caché, para que no se les destrozara la narrativa que tienen decidida) de que llevaban meses hablando de que la violencia estaba alcanzando cifras récord, con 100 muertos al día.

Y ahora mucho me temo que mañana pocos, o ninguno, harán un sencillo cálculo: si en el peor mes han muerto 3.079 civiles, estaremos de acuerdo en que los meses anteriores la cifra fue algo menor. Mucho o poco, pero menor. Ahora seremos generosos -sólo argumentalmente, o qué os creíais- y multiplicaremos esos 3.079 por los 44 meses desde marzo de 2003 hasta octubre de 2006 y tendremos que la cifra máxima absoluta sería de 163.196 en el caso de que todos los meses, desde el primero, hubiesen sido como el peor, octubre de 2006. Algo descartable, por pura lógica, ya que por algo ha sido el peor.

En cualquier caso no dejan de ser muchísimos, sin duda. Pero que nadie crea que el noalaguerra sale moralmente gratis. Y es que hay quien lo debe creer, porque dicen que se oponen a la guerra de Iraq para que no mueran inocentes, como si no hubiesen estado muriendo hombres, mujeres y niños inocentes todos y cada uno de los días en que no había guerra, sólo que a manos de Saddam y no de los "ejércitos invasores".

Supongo que así esas buenas gentes duermen más tranquilos sus sueños autocomplacientes, sintiéndose mejores personas, pero lo cierto es que muchas más que 163.196 personas morían anualmente como promedio bajo la sanguinaria bota de Saddam Hussein.

En cuanto a los autores del bodrio-estudio de Lancet, seguirán siendo entrevistados como respetables científicos, y sus cifras repetidas como si fuera un pasaje del evangelio civil biempensante. Eso seguro.

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