miércoles, diciembre 06, 2006

COMO DIRÍA UN CASTIZO, "quien se pica, ajos come". Por lo visto a Ignacio Ruiz Quintano no le ha sentado muy bien el toquecillo sobre sus intertextualidades. Hoy intenta ironizar en su columna (me lo envia Eduardo, que había recibido el aviso de Neocomicon):
Eran las cosas de don Marcelino Menéndez Pelayo, al que con razón quieren echar ahora de la Biblioteca Nacional de Madame Regàs, rosa -una rosa es una rosa es una rosa es una rosa- de la «gauche divine» con cubata de «Bocaccio». Las dijo nada menos que en 1910, en el Homenaje a Balmes, que todavía es una calle, aunque, hasta donde uno sabe, todavía no es un «blog» («Balmespundit», por ejemplo), ahora que en la Red cada vez salen más «gorrillas sevillanos» que quieren cobrarte por aparcar donde uno es bien libre de hacerlo. Cierto que, de momento, el precio es «la voluntad», pero también lo es que, si «la voluntad» no cubre su expectativa, te pegan un cantazo.
Ozú, mi arma, no es tan difícil de entender: se trata de dar crédito, ni que sea de pasada a la fuente de donde uno ha sacado una determinada idea. Tanto si es Nietzsche, Aristóteles como un blog. Llamar a eso "exigir un precio" es completamente absurdo, del mismo modo que lo sería decir que se está pagando un peaje a Menéndez Pelayo por otra frase del mismo artículo. O quizás sí sea un peaje, pero no al autor de la cita sino a la honestidad intelectual de uno mismo. Pero como es lógico ahí no voy a entrar; cada uno sabemos qué tenemos que hacer para dormir mejor por las noches.

Quizás sí que los bloggers somos especialmente quisquillosos con estas cosas, acostumbrados como estamos a enlazar y citar nuestras fuentes (de hecho, el post intertextualizado por Ruiz Quintano no era ni siquiera mío, sino que fue algo que enlacé, así que no se me puede acusar de defender territorio propio). Y es que la credibilidad de la blogosfera se mide muy especialmente por esos parámetros. Probablemente esa sea la razón por la que los blogs estamos como estamos y los periódicos están como están, en un estado cada vez más zarrapastroso. Algunos más que otros, claro.

¿Por cierto, en qué porcentaje decís que ha caído la circulación del ABC en el último mes? Es que no me acuerdo.

ACTUALIZACIÓN. Por mucho que lo leo, sigo pensando que el párrafo de Ruiz Quintano es absolutamente ininteligible para cualquiera que no haya seguido mínimamente el asunto, es decir para la inmensa mayoría de lectores del ABC en papel. Esas decenas de personas -incluso las que sepan qué es un blog- probablemente se estén rascando la cabeza todavía, pensando qué demonios ha querido decir con esa enigmática frase. Regla número uno: conoce a tu audiencia.