¡CUIDADO, ESTAMOS entrando en la era del enfriamiento global! No, en serio. Pero para saberlo hay que mirar los datos, no los slogans.
Por cierto que gracias al enlace me entero de una noticia increíble: el pasado año, 25.000 personas murieron en Gran Bretaña como consecuencia del frío y las enfermedades relacionadas con éste. Así que el calentamiento global no sólo no se está produciendo en la medida que es presentado por los cassandras de turno, que nos ponen delante escenarios más propios de esas películas de Serie B que seguramente consumen en las noches de los fines de semana. Es que además ojalá se produjera: se salvarían centenares de miles de vidas cada año (porque lógicamente el caso de Gran Bretaña no es único), se podrían cultivar vastas regiones que ahora están cubiertas por la nieve y el hielo, todo ello mientras los avances tecnológicos permitirían el abaratamiento, y por tanto el uso mayoritario, de aires acondicionados cada vez más eficientes en las zonas donde haría más calor.
Como diría el juego infantil de antaño, todos ganan. Todos menos los profesionales de la catástrofe, desde Al Gore a sus meninos desperdigados por el planeta, cuyo futuro profesional consiste en poder seguir insistiendo en que nos encaminamos a la catástrofe a menos que sigamos sus 'recetas'.
Por cierto que gracias al enlace me entero de una noticia increíble: el pasado año, 25.000 personas murieron en Gran Bretaña como consecuencia del frío y las enfermedades relacionadas con éste. Así que el calentamiento global no sólo no se está produciendo en la medida que es presentado por los cassandras de turno, que nos ponen delante escenarios más propios de esas películas de Serie B que seguramente consumen en las noches de los fines de semana. Es que además ojalá se produjera: se salvarían centenares de miles de vidas cada año (porque lógicamente el caso de Gran Bretaña no es único), se podrían cultivar vastas regiones que ahora están cubiertas por la nieve y el hielo, todo ello mientras los avances tecnológicos permitirían el abaratamiento, y por tanto el uso mayoritario, de aires acondicionados cada vez más eficientes en las zonas donde haría más calor.
Como diría el juego infantil de antaño, todos ganan. Todos menos los profesionales de la catástrofe, desde Al Gore a sus meninos desperdigados por el planeta, cuyo futuro profesional consiste en poder seguir insistiendo en que nos encaminamos a la catástrofe a menos que sigamos sus 'recetas'.
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