HACE UNOS DÍAS se produjo un confuso incidente después de que el comandante de un vuelo de US Airways entre Saint Paul (Minnesota), y Phoenix (Arizona) impidiese a seis imanes volar en él. Naturalmente, se levantó un coro de voces que enseguida acusaron a la aerolínea y a las fuerzas de seguridad de racismo: los imanes habían sido expulsados, decían, solamente por hablar en árabe y por haber rezado sus oraciones en la sala de embarque. También de forma previsible, el circo mediático apostó por esta explicación, dirigiendo su foco al supuesto clima de intolerancia y xenofobia que según ellos domina en EEUU desde que el cowboy de Texas ocupa la Casa Blanca.
Pues bien, ahora estamos en condiciones de afirmar que los imanes no eran tan inocentes como parecían; eso no quiere decir que sean exactamente culpables, sino que era más que razonable las sospechas que despertaron. Mi colega Richard Miniter ha hablado con testigos y ha tenido acceso exclusivo al informe policial, que podéis ver si pulsáis el enlace.
Pues bien, ahora estamos en condiciones de afirmar que los imanes no eran tan inocentes como parecían; eso no quiere decir que sean exactamente culpables, sino que era más que razonable las sospechas que despertaron. Mi colega Richard Miniter ha hablado con testigos y ha tenido acceso exclusivo al informe policial, que podéis ver si pulsáis el enlace.
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