VERÉIS CÓMO los mismos que han quitado toda importancia a la confesión de Gunter Grass ahora no dejan en paz a este hombre:
La Iglesia polaca se vio ayer sumida en la mayor crisis de su historia en democracia cuando Stanislaw Wielgus confesó, a las pocas horas de tomar posesión como arzobispo de Varsovia, que trabajó para la policía secreta del régimen comunista. "Confieso ante vosotros que cometí ese error", declaró Wielgus en un comunicado que contradecía anteriores manifestaciones suyas.
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