martes, marzo 13, 2007

LA ODISEA DE Zahra Kamalfar ha terminado felizmente: la disidente iraní que llevaba meses atrapada en la zona de tránsito del aeropuerto de Moscú con sus hijos, como Tom Hanks en La terminal, y sobre quien pesaba la espada de Damocles de ser enviada de vuelta a Irán -y por tanto la prisión allí y posiblemente la muerte- ha obtenido el status de refugiada en Canadá, hacia donde volará mañana miércoles.