jueves, mayo 10, 2007

EN TODAS PARTES CUECEN HABAS, pero sólo en algunas partes las habas son corruptas, por lo visto: la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, introdujo subrepticiamente una provisión de última hora en una ley de inversiones multimillonarias para desarrollo, que ha supuesto pingües beneficios para su marido, un rico empresario de San Francisco.

Yo creo que la culpa de ello la tiene Cheney y Halliburton.

ACTUALIZACIÓN. Más aquí.