sábado, septiembre 01, 2007

JARTÚM, a pesar de ser capital de un país islámico -Sudán-, y a pesar estar a pocos kilómetros de un genocidio inconmensurable -en Darfur- es una ciudad de contrastes. El boom económico derivado del petróleo esta transformando la sociedad y ha convertido a la ciudad en un centro de vida nocturna, con fiestas regadas de alcohol y fiesta. Una espléndida crónica del corresponsal de Pajamas Media allí, Drima.