lunes, abril 07, 2008

A PESAR de lo que se dice en nuestros pagos, la ofensiva del ejército iraquí contra la milicia del cleriguito borderline al-Sadr en Basora no es una prueba de esa guerra civil tan deseada por algunos -aquí, se entiende-, sino que se está convirtiendo en un elemento clave para desencadenar la reconciliación nacional.

Más sobre el tema aquí y aquí.

ACTUALIZACIÓN. Y aún más:
Iraq's major Shiite, Sunni and Kurdish parties have closed ranks to force anti-American cleric Muqtada al-Sadr to disband his Mahdi Army militia or leave politics, lawmakers and officials involved in the effort said Sunday.

Such a bold move risks a violent backlash by al-Sadr's Shiite militia. But if it succeeds it could cause a major realignment of Iraq's political landscape.