LUIS DE VELASCO:
El presidente del gobierno acaba de declarar que saldremos de esta crisis económica. No es mucho decir porque el problema es cuándo, cómo y con qué costes y ahí, aparte de una serie de lugares comunes y las consabidas dosis de optimismo ficticio, poco ha añadido.
La economía española, con dos trimestres consecutivos de caída en el PIB, está ya, oficialmente, en recesión. No es exagerado afirmar, a la vista de las cifras, que el deterioro tanto en el mismo PIB como en el crecimiento del paro, ha sido brutal, algo nunca visto. De aquel aterrizaje suave que se habló desde el gobierno, nada de nada. Claro que también se negó la crisis, conociendo que existía, con lo que se perdió un tiempo precioso para encararla. Como se ha seguido afirmando, hasta fecha muy reciente y en textos legales, que esta crisis se debe exclusivamente a razones externas -la crisis inmobiliaria y financiera en Estados Unidos- cuando ya, hace por lo menos un par de años, estaba claro que el "modelo" de crecimiento autóctono con el ladrillo como eje, tenía pies de barro y llevaba dentro las semillas de su agotamiento.
Entramos así en el segundo año de esta gravísima crisis, año que será mucho peor que 2008.
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