viernes, julio 03, 2009

ESCRIBE MONTSERRAT DOMÍNGUEZ (req. suscr.):
Me pregunto si Carme Chacón tuvo oportunidad de explicarle a Robert Gates, en el Pentágono, las circunstancias que han llevado a Alberto Saiz a presentar su dimisión como jefe del CNI. Seguro que el antiguo responsable de la CIA podría aportar algo sobre cómo renovar los servicios secretos de un país sin que los agraviados se amotinen contra el jefe para que acabe siendo espiado por sus propios espías.
Ay, Montse: ¿y qué te crees que estuvo haciendo la CIA con las filtraciones de todo tipo de documentos que dejaban en mal lugar a Bush en relación con la guerra de Iraq? (cualquiera que conozca un poco el tema sabe que la CIA, además de ser un bastión del partido Demócrata, no es precisamente amiga de que el país se meta en guerras; prefieren las black ops, o animar --con financiación o no-- a otros países a que lo hagan) Y no sólo a Bush, sino más recientemente al propio Obama. ¿O quién creéis que estaba detrás de todo el embrollo de Valerie Plame? Estos y otros episodios lo que dejan claro es que precisamente todos los presidentes norteamericanos tienen enormes problemas para renovar los servicios secretos y para conseguir que trabajan alineados con sus objetivos.

Mal haría Carme Chacón en pedir consejo a Gates sobre esto. La CIA, precisamente la CIA, está en la primera división en la liga de manejar dossieres. Lo de aquí es un juego de niños...