UN CABO de la brigada de juegos y espectáculos de los Mossos d'Esquadra escribe una carta bastante extraña a La Vanguardia:
Excelente el artículo de Alicia Rodríguez de Paz (21/ IX/ 2009) sobre la racionalización de los horarios de los españoles y su idea de empezar a romper viejos hábitos y aproximarnos más a los cánones europeos de conducta sobre cómo optimizamos nuestro tiempo, sobre todo por lo que hace al que dedicamos a reponer fuerzas. Excelente también la reflexión del editorial, que versa sobre las pautas y conductas para conciliar trabajo, ocio y relaciones familiares.Digo "extraña", en primer lugar porque parece estar desafiando al conseller d'Interior, es decir a su jefe, y tampoco es demasiado cordial hacia la consellera de Salut, ni con sus compañeros de Táfico. Y lo hace firmando no como ciudadano sino firmando con su cargo oficial.
En cuanto a la clásica división de una jornada en ocho horas para trabajar, ocho para el ocio y ocho para el descanso, parece que ahora no se cumple. Basta echar una ojeada al decreto de la Generalitat DIRP 181/ 07, promulgado por el actual conseller Joan Saura, que establece los horarios de apertura y cierre de varios locales de pública concurrencia: bares-restaurantes, discotecas-salas de baile y afters,es decir, lugares en los que invertimos nuestro tiempo de ocio. Los salones de juegos recreativos, bingos y afines tienen establecidos unos horarios de 13 horas hasta las 4 de la madrugada (15 horas). Hace poco tiempo que la consellera Geli inauguró la Unidad de Ludopatía en el hospital de Sant Pau i la Santa Creu con un sinfín de recursos técnicos y profesionales para atajar tal adicción y costeados con impuestos y recursos públicos.
Según el mismo decreto, para las discotecas y salas de baile se establece un horario de 17 horas hasta las 5 de la mañana, pudiéndose ampliar en una hora los fines de semana y festivos y una hora más por parte de los municipios, es decir, hasta las7 de la mañana.
Otra vez la división clásica hace aguas. Ahora que el Servei Català de Trànsit nos ha acostumbrado al bombardeo de las estadísticas de siniestralidad de nuestra población más joven, que nos diga cuál es el índice de accidentes de los adolescentes a partir del cierre de los locales. Si no nos dan ese dato haremos que la consellera Geli nos facilite los datos de jóvenes que se encuentran en programas de rehabilitación con parapléjica derivadas de accidentes de tráfico.
Está claro que dedicamos parte de tiempo del descanso al ocio, todas veces repercutiendo directamente al horario laboral, ahora llamados efectos colaterales, y no es de extrañar que estemos a la cola del nivel de eficiencia y productividad de Europa, sobre todo los lunes de cada semana.
Señor Saura, ahora que no se va a presentar como candidato a las próximas elecciones autonómicas, dedique su tiempo a viajar por Europa y se dará cuenta de que vale más prevenir que curar.
Y en segundo, porque parece que el cabo Stalin no concibe algo tan elemental como los turnos de trabajo. O que nada ni nadie obliga a un cliente a entrar en un bar o en un bingo en el mismo momento que abren, ni a quedarse en él hasta que echan el cierre.
Los Mossos d'Esquadra, como es evidente, operan las 24 horas del día. ¿Acaso significa eso que el autor de la carta trabaja todo el día, los 7 días de la semana?
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