viernes, abril 16, 2010

THE ECONOMIST le da hoy un caponcito al PP --ya tocaba, tras los zurriagazos que le ha estado arreando a Zapatero--, aunque no es ni mucho menos todo lo crítico que su archienemigo de la derecha, Libertad Digital, pretende (eso es fuego amigo, y lo demás tonterías...). Cierto que The Economist afirma que Rajoy va por detrás de Zapatero en las encuestas (un hecho objetivo, ni más ni menos), y que es un poco soso (no "blando" como traduce LD cayendo en un falso amigo). Es verdad que The Economist se preguna cómo es que Rajoy no consigue "enganchar" al electorado dado el desastre zapateril. Pero alaba su capacidad estratégica, el haber sabido evitar salpicaduras directas de la corrupción, el haber conseguido que sus potenciales rivales en el partido (Espe y Camps) estén demasiado ocupados limitando el daño de Gürtel como para tramar nada contra él [a ver si resultará que Rajoy es un estratega todavía más hábil de lo que piensa la revista británica. Nota y ejercicio para el fin de semana: pensar si su respuesta en relación con Gürtel, que tanto ha extrañado a muchos, tiene que ver con esto...] Y también le alaba por haber rebajado la retórica contra el PSOE sobre la supuesta desmembración de España, o por haberse vendido a la ETA, o por destruir la familia. Es decir, le alaba exactamente por todo aquello que Libertad Digital le reprocha día sí y día también.

Yo no tengo vela en ese entierro, pero me maravilla que haya quienes insistan que el PP sólo puede ganar si vira a la "derecha auténtica", olvidando la historia reciente. Aznar ganó por los pelos en el 96, y tras una legislatura que si fuera de Rajoy sería tildada por LD de blandengue y tibia (hablando catalán en la intimidad, pactando con CiU y PNV, acelerando transferencias y pactando financiaciones con las CCAAs, construyendo infraestructuras importantes --AVE, sincrotrón-- en "territorio hostil", etc), arrasó con su mayoría absoluta en el 2000. Y en el segundo mandato, a medida que Aznar se convertía en el Aznar-Aznar, se empezó a torcer todo. Debería dar que pensar si esa dureza que algunos reclaman al PP realmente le allanaría o no el camino a La Moncloa.

ACTUALIZACIÓN. El segundo enlace estaba repetido, ya está cambiado.