¿EN MANOS de quién estamos? Es Joaquín Leguina quien se lo pregunta:
Estamos en manos de un señor que antes de ser presidente del Gobierno no ha sido en la vida ninguna otra cosa: ni ha cotizado a la Seguridad Social por cuenta propia o ajena, ni ha tenido responsabilidad colectiva alguna que no tuviera que ver con el PSOE leonés, al cual dejó, por cierto, hecho unos zorros... Y con estos antecedentes fue elegido secretario general.
Ya de presidente -¿qué otra cosa cabía esperar?-, en la elección de sus colaboradores ha primado el más absoluto desprecio por el mérito y la capacidad, criterios que ordena la Constitución en la selección de los servidores públicos.
Éste es un hombre que cree en su suerte personal, en su baraka, y tiene la rara habilidad de rodearse no de los que valen, sino de los que más y mejor le aplauden.
Cirilo Cánovas era Ingeniero Agrónomo y no tenía buen cartel entre sus compañeros de carrera, por eso le llamaban "cirulo". Cuando Franco lo nombró ministro, uno de esos compañeros le envió a otro, residente en el extranjero, el siguiente telegrama:
"Cirulo ministro. Te lo juro por mi madre".
Pues eso, que en este Gobierno sobran "cirulos".
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