lunes, julio 05, 2010

COMO HE DICHO en otras ocasiones, el antisemitismo no es criticar a Israel, un país tan susceptible de ser criticado como cualquier otro. El antisemitismo es criticar a Israel por cosas que no generan la más mínima protesta cuando las hacen otros países, como si fuera la especial perversidad de sus ciudadanos lo que las hace rechazables. Por ejemplo, decir que Israel es el único país que ocupa un territorio que no es suyo en contra de lo que afirma la ONU, olvidando lo que hace Turquía en Kurdistán o en medio Chipre, o Marruecos en el Sahara. O que está dividiendo ciudades por la mitad, como si Nicosia no estuviera partida en dos. O que trata a los palestinos como ciudadanos de segunda clase, pasando olímpicamente de lo que les pasa, sin ir más lejos, en el propio Líbano.

En La Moncloa hoy hemos tenido un nuevo ejemplo: "Tanto Rodríguez Zapatero como Al-Assad explicaron que los principales asuntos tratados en su reunión de trabajo habían versado sobre la necesidad de levantar el bloqueo a Gaza por parte de Israel", afirma el resumen de la reunión entre el presidente sirio y el presidente del gobierno español. Falta el "pequeño detalle" de que Gaza tiene frontera tanto con Israel como con Egipto, y que son los dos países los que están manteniendo ese bloqueo. Normalmente los políticos suelen decir "levantar el bloqueo a Gaza" sin especificar, para que todo el mundo entienda lo que quiera y para poder negar que estaban pensando únicamente en Israel. Pero hoy la desvergüenza ha sido explícita.

Por cierto que veo que ambos líderes están también preocupados por la falta de electricidad en Gaza que, por supuesto, achacan también a Israel. Como si no fuese por motivos absolutamente internos.