MENUDO TSUNAMI de periodismo de kalidá, el de estos días (o debería escribir, "jilipoyas"?):
Definitivamente, algunos periodistas se han vuelto gilipollas y, además, están decididos a contagiar su idiotez al público sea como sea. El pulpo Paul, supuesto predictor de los resultados de la selección alemana de fútbol en el Mundial, lo ha demostrado. Tengo en estos momentos ante mí un veintena de despachos de agencia sobre el animal, a cada cual más tonto. En uno de ellos, un colega me descubre que "en realidad el cefalópodo no hace predicciones", conclusión a la que ha llegado tras consultar a un biólogo peruano que "se mostró escéptico sobre las dotes de vidente del mediático pulpo". ¡Impresionante!Leedlo entero.
Lo de Paul empezó como una broma, una simpática maniobra publicitaria del acuario Vida Marina de Oberhausen, y en eso tenía que haber quedado. Es cierto que algunos medios se lo toman a cachondeo, pero la desproporción del tiempo y el espacio dedicados al animalito me hace dudar de muchos otros.
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