martes, octubre 12, 2010

LUIS SOLANA debió de pasarse dormido todo el año 2003, por lo que se ve.
He asistido esta mañana al desfile militar del 12 de octubre. He disfrutado -como siempre- viendo a los soldados españoles y comprobando que los medios de nuestras Fuerzas Armadas se van adecuando rápidamente a las amenazas y a los retos. Y, además, he podido ver de cerca la actitud políticamente belicosa de muchos civiles. Esos gritos contra el presidente Zapatero no eran gritos pidiendo un cambio de gobierno, no, eran gritos pidiendo la liquidación de un partido y sus militantes. Os aseguro que las caras de los que gritaban esta mañana en el desfile daban miedo democrático.
Lo ocurrido esta mañana es algo bastante alejado de mi manera de entender cómo hay que hacer las cosas, la verdad, y encuentro que ha habido momentos en los que los abucheos han sido de mal gusto (particularmente durante el homenaje a los caídos). Pero rasgarse las vestiduras ahora como si no hubiese pasado nada en las manifestaciones fascifistas en contra de la guerra de Iraq es, cuando menos, hipócrita.

ACTUALIZACIÓN. Otra crítica a los abucheos. Es verdad: la hipocresía parece el deporte nacional.