EL GOBIERNO ESPAÑOL ya está haciendo lo que hacía Arafat: decir una cosa puertas adentro en el idioma propio (árabe en el caso de éste; español en el de aquél), destinada al consumo interno; y decir otra distinta en inglés, de puertas afuera:
La mayor reforma de pensiones que se ha aplicado nunca en España es casi tan importante por lo que modifica como por lo que fía al futuro. Una buena parte del ahorro que el Gobierno espera obtener en el sistema proviene de los ajustes que se aplicarán cada cinco años a partir de 2027, cuando se alcancen los 67 años completos como edad legal de jubilación y el resto de parámetros que se endurecen paulatinamente con la reforma. Ese factor de sostenibilidad, al que el Ejecutivo ha otorgado una importacia modesta en público, permitirá ahorrar un punto de PIB en 2050, casi un tercio del 3,5% esperado. Y, si se aplica según lo previsto, elevará de nuevo la edad de jubilación a 69 años.ACTUALIZACIÓN. Por qué estaremos años y años estancados. No se refiere específicamente a España, por eso.
Paradójicamente, el impacto económico de la reforma no figura en la información divulgada hasta ahora por el Ministerio de Trabajo, sino en un rincón mucho más recóndito y destinado, en principio, a los inversores extranjeros. Se trata de un informe publicado en inglés en la página web del Ministerio de Economía, en el apartado The Spanish Economy . Ese texto, directo y muy centrado en el ahorro -lo más atractivo para inversores y organismos internacionales- detalla el menor gasto que soportará el sistema a partir de 2030 e identifica las medidas más eficaces.
<< Home