domingo, mayo 29, 2011

ALFREDO ABIÁN, subdirector de La Vanguardia:
En su segundo epitafio ante el comité federal del PSOE, Zapatero reiteró ayer que la debacle electoral del día 22 era consecuencia de las medidas que ha adoptado para combatir la crisis. Incierto. El castigo recibido fue un voto en defensa propia, que si algo penalizó fue el engaño y la mirada bovina con que inicialmente se afrontó la quiebra económica. Los ciudadanos fueron tratados como un orfeón de monos, cuando el país tiene suficiente madurez política para encajar reveses. Ya lo demostró en la década de los 80, cuando dio tres mayorías absolutas a Felipe González a pesar de que el paro también superaba el 20% por la severa reconversión industrial de la siderurgia, el naval, la minería y el textil. No crean los indignados que están ante la primera crisis económica de la historia. Los gobiernos socialistas de entonces explicaron la realidad sin tapujos ni anestesia. Claro que no es lo mismo tener un ministro como Solchaga a uno apellidado Sebastián. Y eso lo sabe Rubalcaba, que ya estaba operativo en aquellos años.