PILAR RAHOLA suena como una ultraneolibral salvaje:
La oposición parece que se quedó hambrienta en el último tripartito y quiere aumentar los impuestos. Asegura que es la única manera de llenar las arcas públicas y que si no hay dinero en la caja, tampoco lo habrá para la política social. La idea es tan simple que puede resumirse en un eslogan estilo Robin Hood: hay que sacar el dinero a los ricos para asegurar el bienestar de los pobres. Ergo, en una sociedad ya estresada por un aumento considerable de impuestos, los socialistas, los sostenibles y el tutti quanti del progresismo ortodoxo, consideran que hay que apretar más las tuercas de los que crean economía. Puede que la consigna tenga éxito en la pancarta, pero es de una simpleza irresponsable en partidos que quieren gobernar. Primero, porque lo que falta es trabajo, y ahogar más a los que crean trabajo, en lugar de darles oxígeno para que inviertan, arriesguen y dinamicen la economía, es un disparate. Segundo, porque en Catalunya hay pocos ricos. Lo que hay es un esforzado entramado de pymes y autónomos que están sufriendo la crisis en pleno corazón y cuyo ahogo es la principal causa de paro. Y tercero, porque las políticas sociales se salvan con buena gestión de los recursos y no con demagogias sobre impuestos. ¿O no estaríamos mejor para pagar la sanidad si no se hubiera gastado con tanta alegría el dinero público en la anterior legislatura? ¿Más impuestos? ¡Por Dios! Lo que hace falta es incentivar el mercado para crear más trabajo. O eso o todos querrán pescado y nadie tendrá la caña de pescar.
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