La tesis de Cohen -que la homosexualidad es una enfermedad- es aberrante, un disparate anticientífico y algo que hay que combatir desde la razón; pero ni él ni el libro hacen apología de ningún tipo de delito. Entiendo que el colectivo homosexual se sienta ofendido por lo que dice Cohen. A mí también me desagrada. Pero, si cada uno vamos pidiendo la retirada de la venta de los títulos que nos ofenden, si las masas enfurecidas de todos los colores se ponen manos a la tea, acabaremos sin libros.
Vivimos en una sociedad en la que, dentro de la legalidad, tenemos derecho a mantener opiniones que puedan ofender a otros… y a expresarlas. Lo mismo que defiendo el derecho a la blasfemia, defiendo el derecho de otros a decir cosas con las que no estoy de acuerdo, mientras no haya delito de por medio. Si alguien cree que el contenido de Comprender Y Sanar La Homosexualidad es delictivo, que lo denuncie ante la Justicia y que ésta -con todas sus imperfecciones- decida. Si no, que el critico combata lo que dice Cohen con argumentos. Recurrir al boicot para sacar del mercado un producto intelectual que no nos gusta es algo que, a mi juicio, raya con la censura.
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