miércoles, agosto 22, 2012

NO SÉ A VOSOTROS, pero a mi de la la impresión de que el nuevo partido de Mario Conde se puede estar dirigiendo hacia un éxito tanto o más esplendoroso que la Operación Reformista de Miquel Roca, Garrigues Walker, Florentino Pérez et al. Salvando todas las distancias, por supuesto; ni la España de ahora es la misma que la de entonces, ni los personajes tienen mucho que ver. Pero en ambos casos parecía que iban a arrasar con un proyecto nuevo, fresco, libre de la inercia típica de la partitocracia ibérica, etc.

Quizás ahora haga más falta que entonces un proyecto de ese estilo, sí, pero Mario Conde probablemente sea uno de los peores candidatos posibles a liderarlo. Hablo desde un punto de vista estricto de marketing político: culpable o no, objeto de un complot o no —no entro ahora en ello porque es irrelevante para lo que voy a decir—, Mario Conde es lo que en Estados Unidos llamarían "damaged goods" después del asunto Banesto, incluso aunque fuera una víctima y no el responsable del mismo. Qué le vamos a hacer, la vida es injusta; hay circunstancias en la vida que nos impiden hacer lo que queremos, y ser maduro consiste en aceptar estas cosas.

Lo malo es que en el camino puede dejar desacreditadas durante bastante tiempo cualquier nueva iniciativa de verdad que pueda surgir para romper la esclerosis política en la que se encuentra el país ("bah, estos serán un nuevo Mario Conde").

Igual se trata de eso.