OSTRES, SOSTRES:
No ha fracasado el independentismo, que continúa siendo igual de mayoritario en el Parlament que tras las elecciones de 2010, e incluso más. Ha fracasado Mas y con él los patanes de los que se ha rodeado. Ha fracasado un proyecto personal que se ha basado en la mediocridad y el engaño. Por primera vez se le han visto las vergüenzas a la siniestra trama y un pueblo entero se ha dado cuenta de que no hace falta seguir pagando. El domingo los catalanes recordamos que la libertad es un gesto interior y que toda épica empieza por uno mismo. Tenemos que aprender a ser más exigentes y a rebelarnos contra lo panfletario. El pragmatismo está bien, pero tendría que limitar, como mínimo, con la ley.
En su descarada inmoralidad, ya ayer La Vanguardia se distanciaba de Mas, le castigaba con un semáforo rojo y hablaba en tercera persona de un fracaso que es igual de suyo que de Convergència.
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