BOB WOODWARD, hasta ahora un héroe de la izquierda por su papel en el Watergate, ha caído en desgracia por atreverse a decir en un artículo que la administración Obama es quien ideó el sequester —los recortes indiscriminados de gasto público como táctica de presión a sus rivales para que acepten las medidas de reducción del déficit público— hasta el punto de haber recibido amenazas de la Casa Blanca. Ésta pretende, para despistar, hacer creer que Woodward está gagá, pero el problema es que están saliendo amenazados como setas: Lanny Davis, el estratega demócrata, o Ron Fournier, un conocido periodista político de Washington, entre otros.
Imaginad que en vez de Obama hubiese sido Bush.
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