SOBRE LA balanza de pagos española:
Imagínense que, preocupados por su salud y sus hábitos alimenticios, acuden a un médico especialista en nutrición. Probablemente, una de las primeras recomendaciones que el doctor les haría sería mantener un correcto balance entre las calorías ingeridas y las quemadas en su actividad cotidiana. Así, en función de cuál sea su situación, en un momento dado el doctor puede ofrecerles pautas dietéticas para equilibrar el consumo al gasto energético o bien prescribirles una dieta específica por un tiempo para compensar desequilibrios previos. Pero, como probablemente sepan, sólo con la información de las calorías no se puede conocer si su dieta es o no saludable, pues casi tan importante como el contenido energético de los alimentos es la composición de nutrientes. Pues bien, algo similar ocurre con el déficit por cuenta corriente y la balanza de pagos.
La semana pasada se publicaron los datos correspondientes a diciembre de la balanza de pagos (Banco de España, nota de prensa, 28/2/2013) y, con ellos, tenemos la información completa del año 2012 para, disculpen la redundancia, hacer balance del mismo desde el punto de vista del sector exterior de la economía. Los resultados, como se venía anticipando, han sido valorados positivamente de forma prácticamente unánime y el Gobierno, como no podía ser de otra forma, se ha apresurado a sacar pecho, tal y como hizo Mariano Yalopensarémañana Rajoy en el pasado debate sobre el estado de la nación. No en vano, llevamos encadenados seis meses consecutivos de superávit de la cuenta corriente.
Tanto es así que si a la cuenta corriente le sumamos el saldo positivo acumulado de la cuenta de capital -que recoge en gran parte los fondos estructurales de la UE y que, por tanto, no tienen mucho mérito-, el resultado es que España aparentemente ha terminado 2012 con una necesidades de financiación del exterior de apenas 1.700 millones de euros, prácticamente break even si lo comparamos con el margen de error (7.400 millones de euros) y sensiblemente inferior a la cifra de 2011 de 32.000 millones de euros. Todo un éxito.
¿Todo un éxito? Depende.
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