EL MODELO FALLIDO DE LAS TVs PÚBLICAS: deudas crecientes y gastos insoportables.
Estamos hablando de los 1.000 millones que cuestan este año, pero hemos olvidado que tanto RTVE como TV3 fueron ya “rescatadas”, por nada menos que 7.000 y 1.000 milones de euros respectivamente, con la excusa de que eso las liberaba de cargas financieras, pondrían el contador a cero, y a partir de entonces todo sería distinto. Ya véis. Como el que el que te pide unos euros para su última rayita, en serio, que lo dejo, es sólo para la última.
Y es que además las TVs públicas están pensadas con mentalidad años 80, absolutamente pre-internet. La excusa habitual para su existencia —que sólo ellas facilitan informaciones de servicio público que vertebran la sociedad y todas estas cosas— ha dejado de tener sentido. Se puede hacer lo mismo por internet por una fracción del coste, y más teniendo en cuenta que hoy quien más quien menos lleva un smartphone encima todo el día. ¿Qué sentido tiene, por ejemplo, un canal informativo 24 horas como el 3/24, cuando tiene una página web más que decente?
¿Qué tiene de servicio público que una serie como Isabel, de alto presupuesto, la emita una TVE que, encima, no puede capitalizar su éxito de audiencia con anuncios?
¿Qué tiene de servicio público que cadenas autonómicas como TV3 se gasten dinero en emitir simultáneamente los mismos acontecimientos deportivos (Champions, F1) que una TV privada nacional, sin siquiera estipular en el contrato un 'blackout' (“oscurecer” la emisión de la TV privada nacional en el territorio cubierto por la autonómica)?
<< Home