NO ES SANTO DE MI DEVOCIÓN, pero hay que reconocer que José María Carrascal tiene un punto:
Todo el mundo tiene derecho a defenderse, ¡faltaría más! Como tiene derecho a mentir en su defensa, sobre todo los políticos, que según Camba mienten como el buey muge, el toro embiste y la gallina cacarea. A lo que no tiene derecho, sobre todo si se ha sido presidente de Gobierno, es a hacer el ridículo. Que es lo que ha hecho José Luis Rodríguez Zapatero con sus memorias, que apostrofa de «600 días de vértigo», al reducirlas a los dos últimos años de su mandato. ¿Y los seis previos, los 2.190 días previos, de qué fueron?, cabría preguntar ¿De siesta, de juerga, de irresponsabilidad? Es la primera trampa del libro, en la que el primero en caer es el autor.
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