¿Y ADA COLAU qué opina de todo esto?
Es un mercado poco conocido, pero existe. Y se extiende: la venta y alquiler de casas okupadas. Bandas organizadas ofrecen pisos vacíos —de familias que han sido desahuciadas o adquiridos por bancos, pero no habitados o, incluso, de protección oficial y aún no adjudicados— por un precio de venta de entre 1.000 y 2.000 euros. El alquiler sale, a la larga, más caro: por una cantidad que oscila entre los 200 y 400 euros mensuales, estos grupos aseguran la apertura de la puerta de la vivienda, agua y luz. Algunos tienen hasta calefacción. Y todo gratis. El nuevo inquilino no tiene por qué pagar la comunidad de vecinos. El alojamiento está asegurado hasta que un juzgado le expulse. Pueden pasar muchos meses, incluso años. La Federación de Asociación de Vecinos (FRAVM) sostiene que el fenómeno afecta sobre todo a los barrios del sur de la capital.
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