A QUIEN DIGA QUE HAY QUE ESTIMULAR LA ECONOMÍA a base de gasto (con un dinero que no tenemos, es decir con deuda) habría que tatuarle esto en la frente:
Si consideramos sólo la población ocupada, que es quien debe afrontar el pago de la deuda, en su volumen álgido de menos de 21 millones de españoles trabajando la cifra alcanzaría los 47.000 euros por cabeza; en la situación actual, cada uno de los que trabajamos debemos hacer frente a un saldo negativo de 57.500 euros. Sólo durante el mes de enero la factura se incrementó en 1.100 euros por español con trabajo. Creo no equivocarme si digo que el Gobierno se endeuda por encima de nuestras posibilidades.
Si cada uno de esos españoles tuviese que pedir un préstamo a una entidad financiera para pagar esa deuda, supuesto (de acuerdo con el Banco de España) un tipo medio del 7,95% y a devolver en un plazo de 10 años, el importe mensual ascendería a prácticamente 700 euros. Evidentemente, el Estado se financia a tipos muy inferiores (según el Tesoro, el 3,70% en febrero), pero ello no quita que a ese tipo la deuda media por español en situación de activo y mes ascienda a 570 euros.
Dicho de otro modo, si decidiésemos enjugar la deuda (sin emitir nueva) en un plazo de 10 años, deberíamos pagar cada uno de los que estamos trabajando alrededor de 6.850 euros cada año. Si la extinción de esta fuese parcial, reducirla en un 80% para alcanzar niveles razonables supondría dedicar anualmente alrededor de 5.500 euros de nuestra renta durante los próximos 10 años. Y eso, insisto, teniendo en cuenta sólo el saldo vivo, no el servicio de la deuda o intereses que habría que ir pagando.
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