SE CRITICA LO DE LUXEMBURGO, pero el principio subyacente a esto es exactamente el mismo: usar todas las herramientas legales para pagar lo menos posible a Hacienda. Todos lo hacemos en la medida de nuestras posibilidades, y bien hecho está. Pero sólo son las malvadas empresas multinacionales las que se llevan las críticas.
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